Para ir a votar debe traer su cédula de identidad y su tarjeta electoral. Las papeletas estarán disponibles directamente en los lugares de votación. En ésta se consigna el colegio electoral asignado a cada titular de una tarjeta electoral. Estos colegios electorales pueden estar ubicados en escuelas, por ejemplo. Los colegios electorales son numerosos y permiten que los votantes que viven en regiones más aisladas no tengan que viajar demasiado lejos para votar. Después de tomar todas las boletas y un sobre, un votante se dirige a la cabina de votación para deslizar la boleta elegida u otra cosa (esta boleta se considerará un voto en blanco). Se coloca un bote de basura en la cabina de votación que permite a los votantes deshacerse de las boletas no utilizadas. A la salida de la cabina de votación, un votante se dirige a la urna y vota después de que se haya verificado su identidad y haya firmado la lista electoral. Dos personas se hacen presentes frente a las urnas para vigilar que se respete el procedimiento. Uno de ellos confirmará el buen desarrollo del procedimiento y de la votación declarando “votado” después de que el elector haya emitido su voto. Esta elección, aunque complicada por sus procedimientos administrativos y modelada para garantizar mejor el acceso al voto para todos.